jueves, 1 de mayo de 2008

Every child is special

Me recuerdo este mes de octubre en India, en una excursión a Kanyakumari, hablando con una pareja de brahmines de Hyderabad sobre mis hermanos discapacitados y sus necesidades especiales. "Every child is special", dijo el marido, médico de profesión. En aquellos momentos aún no sabía que éste era el título de la película dirigida por Aamir Khan, Taare zameen par, que estaba a punto de estrenarse.
Hace poco, en mi videoclub del Raval, al que sigo siendo fiel a pesar de que el entrañable Zulfiqar se ha marchado a instaurar el falafel por tierras gallegas, la compré junto a Jab We Met, una divertida comedia de la que ya os hablé hace algún tiempo, en uno de esos discos de 2x1. Y es una película que me parece interesante por varios motivos poco manidos en Bollywood: el tema de la dislexia y el hecho de salirse de los parámetros estándar establecidos por el sistema educativo. El personaje de Ishaan se guía por pautas diferentes a las del resto de la gente, es como si viviera en un mundo paralelo al "normal", paralelo sí, pero lleno de sentido. Pero sufre mucho en la escuela, pues a pesar de sus esfuerzos, confunde letras y números y no saca adelante las clases. Todos lo toman por un perezoso porque siempre está pendiente de cualquier cosa que sucede a su alrededor. El chaval sufrirá la incomprensión de su familia y sus profesores hasta que un profesor de dibujo (Aamir Khan), también docente en una escuela de educación especial, detectará el problema de Ishaan y le ayudará a superarlo. El planteamiento didáctico de la película me parece buena idea para hacer entender un problema a menudo olvidado como es la dislexia. Y de paso hay una pequeña incursión en el tema de la discapacidad en India, algo que creo interesante y poco frecuente en el cine, no sólo en India. Ya en Koy Mil Gaya, el protagonista era un muchacho borderline. ¿Cuántas películas hay donde el protagonista sea un discapacitado? Si queremos integración, primero hay que entender, ponerse en el lugar de la persona en exclusión, para sentirle cercano, identificarnos con él, aceptarle tal como es.
Creo que esto se ha logrado excepcionalmente bien en esta película. Sí, tiene algún detalle que a nosotros quizá nos choque, como las canciones, pero en una película también dirigida al público infantil, creo que procede.
Pero sobre todo, me encanta la escena en que el Ishaan no va a la escuela y se pasea por Mumbai, ofreciéndonos una mirada de la ciudad muy distinta a la de la gente que va a piñón fijo, sin mirar a su alrededor ni maravillarse por cada detalle, como un gran descubrimiento. Este cara de alegre sorpresa la he visto muchas veces en la cara de mis hermanos. Me han enseñado a ver cosas que sin ellos no habría sido capaz de ver. Por eso creo que todas las películas en que alguien detrás de la cámara consiga ponerse en la cabeza de un niño y ver las cosas tal como él las ve, y ayudarle a sentirse especial son bienvenidas, no sólo por ser necesarias, sino porque aportan una bocanada de aire fresco para escapar a la asfixiante "normalización" que nos rodea. Porque si cada niño es especial, no hay norma que valga.

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